- Libros en diversas lenguas mezclados: es bueno para el TIL; así sin querer los ojeamos todos. Si están separados por idiomas vamos directamente al castellano y evitamos lo demás.
- Material para dibujo y escritura.
- Libros hechos a mano: los niños que escriben un cuento lo pueden llevar a la biblioteca (al rincón) y lo dejan para que lo lean otros compañeros.
- Variedad de géneros.
- Incluir periódicos y revistas (que incluso pueden traer de casas).
- Posibilidad de que unos lectores lean a otros (lo que les ha gustado,etc.; en parejas, en pequeños grupos), y que la organización del espacio facilite esto.
- Los centros escolares pueden coger libros de las bibliotecas públicas del barrio, etc.
- Cuidado del espacio: colores, alfombras, que el espacio para leer sea un espacio en libertad (pero sin confundirlo con un chiquipark), cálido, confortable. Hay que evitar que se confunda lo lúdico con el juego de otro tipo y no se lea.
- Rincón de lectura: los niños llevan los libros que quieren compartir con sus compañeros y hacen ellos mismos el rincón de la lectura.
- Clasificación por niveles de lectura y no por edades para que nadie se sienta marginado: pre-lectura, lector incipiente…
- Rincón para la reparación de libros.
- Posibilidad de incluir un portafolio individual con lo que cada lector va leyendo.
- Exposiciones alrededor de la zona de lectura, con sus cuentos, dibujos…
- Organizar un catálogo en el aula que puede trabajarse como un proyecto.
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Además, podemos saber qué puede llegar a gustar entre nuestros niños y qué no fijándonos en lo qué no llevaríamos al aula por diversas razones a partir de lo qué no nos gustó a nosotros cuando éramos críos. Esto está relacionado con la siguiente pregunta.
Por otro lado, tengo otro recuerdo de cuando iba a infantil en el que la
“irakasle” nos contaba cuentos, breves historias (generalmente sobre pájaros u
otras cosas a hacia las que los niños se sienten atraídos, como animales del
bosque, etc.) a través de imágenes. Al mismo tiempo que nos narraba el cuento
se apoyaba en recursos visuales a partir de enseñar una serie de diapositivas
en las que se veían las distintas escenas de la narración.
o En definitiva, tener en cuenta
que si queremos que lleguen a adquirir el hábito lector, debemos hacer que
disfruten leyendo, que lean por el placer de leer, porque personalmente la
lectura les aporta algo nuevo.
Profesora de la asignatura
Mº Consolación Allue Villanueva
jueves, 28 de febrero de 2013
Importancia y cuestiones sobre las bibliotecas
miércoles, 27 de febrero de 2013
Hablamos sobre competencias, límites, mercados y cuentos
Resumiendo a grandes rasgos, hoy hemos hablado sobre:
- Los límites de nuestros temas y nuestros conocimientos.
- La literatura hoy en día como un gran mercado.
- Los cuentos de antes.
- El texto de Víctor Moreno De la competencia lectora a la competencia literaria.
A continuación expongo algunas de las ideas de cada uno de los puntos.
¿Son los límites de nuestros temas/lenguaje los límites
de nuestros conocimientos?
¿Y los de nuestros alumnos?
Relacionado con el "mito de la caverna" de Platón |
Llegamos a la conclusión de que los temas de
los alumnos son los que les interesan a ellos, cada uno tendrá sus
preferencias. Sin embargo sus límites no tienen por qué quedarse ahí, también nosotros
podemos proponerles temas, tanto como para leer como para escribir.
Podemos ir más allá de nuestros temas y, de
esta manera, ampliar nuestros límites. Con esta afirmación no solo me estoy
refiriendo a la escuela, sino también estoy hablando a nivel de la vida
cotidiana. De la misma manera esto también incluye no pensar solo en leer, ni
en lo que está escrito. También debemos centrarnos en la importancia que tiene
el ampliar nuestros temas para la expresión escrita y la oral.
En relación al aula, el maestro puede y debe
proponer más temas (dándoles información, creándoles curiosidad por otras cosas
donde ellos todavía no se han asomado, proponiendo nuevos temas tratando de que
no lo vean como una imposición, intentando provocarles para que ellos indaguen
por su cuenta) para ampliar sus conocimientos.
Los periódicos, la prensa diaria puede ser un buen recurso para ello, ya
que ofrecerles lecturas y recursos diversos es importante. También en los
diferentes medios de comunicación se puede encontrar una buena herramienta para
expandir sus temas.
¿Y cómo lograr que se abran a otros temas? Si
se limitan siempre a 2 o 3 temas y no son conscientes de ello no es fácil
corregir ese hecho. Hay que hacerlos conscientes de ello. Para ello provocar la
curiosidad hacia otros temas y ofrecerles lecturas diversas. También ofrecerles
otros medios donde buscar la información.
Y sin embargo siempre se nos pueden presentar algunos niños demasiado obstinados en
cuanto a no abrirse a otros temas. Debemos tener en cuenta a estos niños, ya que en casos concretos puede ser que por
problemas en su familia o en su ambiente les puede llevar a encerrarse en
algunos temas. La apertura, en general, es buena. Lo mismo para los
adolescentes.
También hablamos de la literatura como un gran mercado
Incluimos también la literatura infantil. Es más, los mercados suelen
tratar de captar al público infantil porque es un mercado relativamente fácil,
asequible, rentable... Si un niño le pide a su padre que le compre un cuento, normalmente este no se negara a ello, ya sea porque está contento de que su hijo se interese por los libros (y, ¡eh!, eso está bien), porque quiere demostrarle a su niño cuanto le quiere dándole todos los caprichos que pida, o simplemente por que el chiquillo se calle un rato. Además no solo los padres los compran, los libros también se hacen tanto para para las bibliotecas o los centros escolares. Es por ello que cada vez se diseñan cuentos más llamativos, con toda clase de vivas ilustraciones, tacto agradable y visualmente atractivos. No obstante tendríamos que analizar si los contenidos que ofrece en su interior son igualmente positivos.
Desde esa perspectiva crítica tenemos que
considerar lo que se llama literatura infantil y juvenil y lo que se vende como
si así lo fuera. Hay cuentos que están muy bien escritos y realmente aportan aspectos a nuestros alumnos, pero hay otros que son horribles y debemos saber analizarlos para distinguirlos.
Hablamos de los cuentos de antes
De cómo antes esos cuentos que tenían que ver con la tradición oral eran para todos, tanto para grandes como para pequeños. Se contaban en muy diferentes momentos del día y normalmente eran el acompañamiento perfecto para quienes hacían labores de casa o del campo. Debemos pensar en esa época como un tiempo en el que todo se hacía a mano: lavar la ropa, el pan, arar el campo... se tardaba mucho más que hoy en día en hacer cualquiera de esas labores. También, puesto que no había ni radio, ni televisión, ni nada que pusiese sonido de fondo, es lógico pensar que aprovechaban esos momento para intercambiar historias.
Algunos aspectos importantes a tener en cuenta de los cuentos:
- Podría ser una manera de enseñar a hablar. También era una forma de transmitir valores, enseñanzas a través de historias con moralejas.
- Los cuentos, la literatura oral y tradicional tiene una serie de características:
- En principio es anónima, el cuento no es de nadie en concreto sino del pueblo en general. La gente, cuando lo cuenta, lo transforma y lo cambia y modifica. Puede ser que más adelante escritores como Perrault pudieron agruparlos en una sola obra escrita, pero en principio eran orales y anónimos.
- Van asociado a lo popular. Es diferente a lo culto en cuanto a que obras asociadas a ellas están escritas y se conoce quien el el autor en la mayoría de los casos. En los cuentos sin embargo y tal y como hemos señalado antes no se conoce el autor y, al principio se transmitían de manera oral.
Acerca del documento "De la competencia lectora a la competencia literaria" de Víctor Moreno
Este artículo nos habla de cómo las ideas de las competencias está relacionada con los procesos de enseñanza y aprendizaje En este artículo nos habla de las competencias
literarias. Esta idea está sobre todo vinculada a lo que es la enseñanza y el
aprendizaje en lo que es el principio del siglo XXI (porque no sabemos cómo
evolucionará más adelante el siglo).
Tiene que ver con todo el movimiento relativamente
novedoso que se ha desarrollado en Europa en los últimos años, provocado debido
al cambio que ha habido en la sociedad y, según el cual, lo que tenemos que
hacer es estudiar y aprender a aprender autónomamente para toda la vida, tanto
en el sentido personal como en el profesional. Hoy en día, quien tenga un
puesto fijo, lo normal es que tenga que renovarse para seguir saber utilizar
máquinas y programas nuevos. En cuanto al mundo personal, vamos a seguir leyendo,
escuchando música… toda la vida.
Esto debe ser reflejado en las aulas de hoy en
día. Debemos procurar hacer alumnos competentes que sepan construir, pensar,
hacer. La idea esa de solamente transmitir
contenidos se está desterrando de las aulas.
Vinculado con esto relacionamos la competencia
literaria. Entre las competencias básicas, una de las más básicas ya que, entre
otras características, es transversal, es la competencia lingüística. En ella
se incluye lo que tiene que ver con leer (competencia lectora), escribir
(competencia escritora) y escuchar, hablar e interactuar (competencia oral).
A estas competencias lingüísticas se le añade
(aunque no forman parte de ellas) otra que no está entre las competencias básicas
pero que nos interesa: es la competencia literaria (transversal porque la
literatura nos puede servir para conocer otros mundos).
Lo mismo que en la enseñanza aprendizaje de
los idiomas, el documento habla de las competencias lingüísticas trabajadas de
manera que sean los alumnos los protagonistas del aprendizaje. Si trabajamos las
competencias de esta forma no solo se tienen que ver las reglas gramaticales,
autores, obras, géneros, etc. sino también lo más importante, que es aprender a
hablar
Hoy en día se habla de los enfoques
comunicativos. Donde lo que se dice es que las competencias ligüísticas se desarrollan
trabajándolas y, sobre todo, dando a los alumnos la oportunidad de que sean
ellos los protagonistas, los que hablen y los que trabajen, no tanto estudiando
gramática, sino escribiendo, leyendo y hablando. Esas ideas las traspasamos al enfoque
de literatura:
- La competencia literaria tiene que ver con un aprendizaje literario más práctico, mas comunicativos, donde sean los alumnos los protagonistas al aprender. A las competencias lingüísticas, como se ha mencionado antes, debemos añadirle también las competencias literarias. Dentro de la competencia de literaria no solo podemos leer sino que también debemos escribir. Por ello añadimos a la idea de leer la idea de los valores literarios, la lectura crítica desde el punto de vista de qué valores artísticos/estéticos tiene una obra, qué características estéticas tiene una obra determinada (por ejemplo, un poema es diferente de un cuento y este a un teatro). Al mismo tiempo que leemos o escribimos obras de teatro o cuentos o poemas, podemos aprovechar añadiendo elementos y haciendo con los alumnos reflexionen sobre la forma y los valores artísticos. Así estaremos trabajando y haciendo que desarrollen su competencia literaria.
Como dice en el artículo Víctor Moreno, la
idea de enseñar literatura y trabajarla tiene varias finalidades, que podemos
clasificarlas en exógenas y endógenas:
- Endógeno: para desarrollar la competencia literaria del alumnado (rescatar la información explícita e implícita de un texto; extraer inferencias contenidas; valorar lo que se dice, cómo se dice, lo que sugiere y lo que nos impacta; organizar la información; etc.)
- Exógeno: hacia afuera, el libro como una terapia, un instrumento de curación.
Cuando leemos literatura, por una parte queremos
intentar llegar a la conclusión de cuáles son los valores literarios que nos
ofrece dicha obra al margen de su contenido específico, de su argumento, porque
la literatura, obviamente no es solo un argumento.
Las mentes infantiles también están capacitadas para hacer eso y les sirve para desarrollar un aprendizaje en todos los sentidos, así como para ser competentes lingüística y literariamente. Eso podemos trabajarlo a través de formular preguntas de forma que les haga reflexionar no solo acerca del argumento, sino también sobre la forma, el cómo está escrito, a partir de actividades como explicitar por qué nos gusta un libro o por qué no (porque el cuento está muy
bien contado, porque utiliza palabras que me gustan, porque es un cuento
interactivo que me permite formar parte y decidir cómo sigue, etc.).
viernes, 22 de febrero de 2013
Introducción a la asignatura
A día de hoy y como modo de introducción,
hemos dedicado el tiempo a responder a unas cuantas preguntas iniciales acerca
de la literatura. A continuación expongo un “resumen” de algunas de las cuestiones
tratadas:
- Algunas de las preguntas planteadas han sido:
¿Para qué nos ha servido la
literatura?
-
Para aprender a aprender con la literatura. Para mantenerla a lo largo
de la vida. Si pensamos en cuál es la función de la escuela, hoy en día se
habla fundamentalmente se tiene que aprender a aprender. El maestro es el que
enseña a aprender y a partir de ahí los alumnos seguirán aprendiendo toda su
vida porque la sociedad actual nos exige y propicia eso (que no está tampoco
mal pensar que el aprendizaje de uno, su proceso formativo, acaba a los 25 años
sino que sigue siempre). La literatura puede ser algo que nos acompañe toda la
vida.
-
Para ser creadores de literatura. Esto es algo que no
debemos perderlo de vista, ya que dentro de lo que tiene que ver con todo el
mundo de lo literario también entra la expresión de lo literario, el nosotros
como lectores (porque lectores también se hacen escribiendo).
-
Si hablamos que el arte puede servirnos como provocación, la literatura
también. Cuando se ha hablado del elemento estético de la
literatura, normalmente se ha vinculado a la idea de, la belleza, de lo bonito,
de lo artístico. Sin embargo, el arte, la idea de la estética no tiene porque
ser siempre la estética de lo bello: pueden haber muchos otros puntos de vista (uno de ellos, por ejemplo, es el hiperrealismo).
Uno de los
objetivos que persigue es llamar la atención y que el arte sea una provocación.
Podemos pensar en cuáles son las historias con las que están en contacto los
alumnos, y lo más cercano a la literatura que vemos que está en constante
contacto con los niños son los dibujos animados y el cine.
Unos ejemplos muy claros pueden ser Bob Esponja o las Monster High, ya que se salen de los cánones claramente. Si las referencias de lo que tiene los alumnos como narración, etc. son esas no podemos estar pensando en contarles cuentos de hadas.
Escultura hiperrealista de Ron Mueck |
Unos ejemplos muy claros pueden ser Bob Esponja o las Monster High, ya que se salen de los cánones claramente. Si las referencias de lo que tiene los alumnos como narración, etc. son esas no podemos estar pensando en contarles cuentos de hadas.
-
Lo anterior está relacionado con que si ha habido un avance en los
referentes que los niños toman, también es lógico pensar que habrá habido un
cambio en las expectativas que poseen a cerca de la literatura. No podemos
quedarnos en lo que se hacía hace 50 años, sino que también debemos estar al
día con lo que ofrecemos. Además cuesta mucho más que se mueva el canon
literario que que se mueva el canon de cine (por ejemplo). En este sentido, la
literatura los puede servir para hacer lectores en caso de que sepamos evitar
ese gran salto que en ocasiones se da entre las pantallas y las páginas de un
libro. Por ello nos sirve para que no vean la literatura como algo antiguo.
¿Qué leemos?
-
En primer lugar y antes que nada debemos tener en cuenta que tenemos que
ser conscientes de nosotros mismos: si no nos gusta leer, vale, pero no debemos
transmitir eso a nuestros alumnos.
-
Asimismo, si nos gusta leer también podemos utilizar eso a nuestro
favor, ya que si los niños ven que nos gusta leer y buscamos tiempo para
hacerlo en clase incitaremos a que se les “contagie” también ese gusto nuestro.
En mi caso, los libros hacia los que más me inclino son las novelas de
tipo aventura o históricas. Fue el caso de uno de los últimos libros que leí, llamado "El abuelo que saltó por la ventana y se largó" que trata sobre la vida de un ahora anciano de 100 años que decide escaparse del asilo. Mientras tanto nos cuenta cómo fue su extravagante vida plagada de anécdotas llenas de pequeños guiños a personajes históricos.
También me interesa leer novelas que, aunque sean narrativas, tengan un trasfondo científico o social, como "Los niños de Darwin", en la que se analizan las consecuencias políticas y sociales que tiene la aparición de una nueva especie humana, fruto de la evolución.
También me interesa leer novelas que, aunque sean narrativas, tengan un trasfondo científico o social, como "Los niños de Darwin", en la que se analizan las consecuencias políticas y sociales que tiene la aparición de una nueva especie humana, fruto de la evolución.
No voy a comentar todos los géneros que los compañeros han comentado,
pero si voy a resaltar el comentario de una compañera de clase acerca de lectura
divergente. Ella ha mencionado que lee
cosas que chocan con sus ideales. Creo que esto es reseñable, ya que también es
importante enseñar a abrir la mente.
Además, podemos saber qué puede llegar a gustar entre nuestros niños y qué no fijándonos en lo qué no llevaríamos al aula por diversas razones a partir de lo qué no nos gustó a nosotros cuando éramos críos. Esto está relacionado con la siguiente pregunta.
¿Qué leímos (y cómo
leímos)?
¿Qué nos gustó y qué no nos gustó?
Como hemos dicho, al reflexionar acerca de aquellos cuentos o libros que
a nosotros nos gustaron de pequeños, podemos predecir qué será lo que tenga
éxito entre nuestros alumnos.
En esta pregunta hemos visto cuales fueron aquellas prácticas que no nos
gustaron (o que sí) de cuando éramos niños.
- En mi caso, cuando era pequeña leíamos 6 libros por semestre (3 en
euskera y 3 en castellano). Al final acabábamos hasta arriba de libros, porque
aunque por separado no eran demasiado largos, 6 libros en un solo semestre
llevaba mucho trabajo (especialmente para una niña). Sin embargo había algo que
si me gustaba, y era que podíamos elegir al menos un libro de los tres en
castellano y otro de los tres en euskera, el que quisiésemos, para leer. Eso
nos daba un motivo para leer.
-
De todas maneras, si bien me encantaba leer, había algo de la lectura en
el aula que realmente aborrecía: los resúmenes tras terminar los libros.
Siempre teníamos que rellenar una ficha de cada libro y resultaba absolutamente
tedioso. Solo por eso no merecía la pena leer más libros de los asignados (nos
ponían positivos por cada otro libro que leyésemos).
-
En mi opinión, creo que había otras opciones para controlar si realmente
se leían los libros mucho mejores que las de los resúmenes y fichas. Podíamos
haber hecho dibujos de las escenas que más nos gustaran, o crear un “choco” en
el aula en el que juntarnos en pequeños grupos de lectura para comentar a los
compañeros que libros merecerían la pena leer o no (y por qué), así como
escuchar sus opiniones y ampliar la lista de títulos de posibles futuras lecturas,
si eran los libros comunes a todos hacer un pequeño teatro de alguna escena o
simplemente comentar en clase en voz alta cualquier sección del libro que nos
hubiese hecho reflexionar sobre algo importante para nosotros.
Desde mi punto de vista infantil las fichas que nos obligaban a hacer no
servía de nada, la única que iba a leer nuestra ficha iba a ser la profesora y
no iba a servir para otra cosa que para controlar que leíamos esos tres libros.
Mariasun Landa |
Asimismo, en ocasiones también solían venir autores de los que habíamos
leído alguna obra (como Mariasun Landa) así como ilustradores de los libros.
A
todos estos recuerdos tenemos que prestarles importancia, ya que permiten
hacernos ver aquellas prácticas que pueden sernos útiles si nos fueron útiles a
nosotros o también aquellas que deberíamos descartarlas inmediatamente si nos
resultaron aburridas o nos parecían absolutamente inútiles y sin sentido:
o Todos nosotros tuvimos la
oportunidad de experimentar en clase las lecturas en las aulas de manera grupal
(en voz alta) y de manera individual (en silencio). En ocasiones creamos un rechazo
a la lectura debido a “traumas” o más bien malas experiencias que pudiésemos
haber tenido de niños. Uno de ellos puede ser la lectura en voz alta. Ésta es
importante para practicar con la entonación, por ejemplo. Sin embargo algo que
muchos maestros han hecho es mandar a leer sistemáticamente a aquellas personas
que presentan más dificultades en hacerlo con la creencia que a fuerza de
practicar conseguirán que mejoren. A
pesar de ello, lo único que logran es que acaben odiando leer ya que, en
muchas ocasiones, se pondrán nerviosos, leerán peor de lo que pueden y sus compañeros probablemente se reirán de ellos, con lo que es muy posible que desarrollen una animadversión por la lectura y los libros. El problema de esto no radica en la
lectura en voz alta, sino en cómo gestionamos el leer en voz alta. El maestro
debe ser capaz de reconducir la situación del aula para que todos avancen (el
respeto por los compañeros, el no reírnos).
o Otra idea importante es la del
centro o el aula como abastecedora de libros, proveedora de libros para
llevarse a casa. Esto está en relación con la idea de la exposición a la
literatura: cuando uno tiene libros a su alcance es más probable que lea. En mi
caso, mi centro disponía tanto de estantería dentro del aula, en la que encontrábamos
libros correspondientes al nivel de lectura al que se suponía que teníamos que
estar (haciendo que los niños que iban más atrasados se sintiesen realmente mal
debido a que no encontraban lecturas adecuadas a su nivel) como de bibliotecas.
No obstante nuestra biblioteca pocas veces fue utilizada como lugar de lectura,
sino más bien como lugar de reunión cuando venía algún autor o como aula de
reserva a la que acudir si, por algún motivo, no quedaba ninguna otra clase
disponible.
La escuela debería
ofrecer medios así como ambientes apropiados para la lectura.
o Dejar tiempo explícito
concreto para leer en clase, así como espacios apropiados (como chocos) es otra
de las actividades a tener en cuenta si queremos fomentar la lectura. De la
misma forma, manejar el periódico en el aula, leerlo y trabajarlo entre todos, hace
que se le pierda el miedo y en el futuro lean algo más que la sección de
deportes.
o En relación al aspecto antes
mencionado de hacer resúmenes o fichas sobre los libros después de haber sido
leídos, es preferible hacer una reelaboración antes que un resumen. Esto ofrece
la capacidad de elaborar una crítica, crear nuevas opiniones… no solamente
repetir.
o El teatro y la poesía dan también
mucho juego en las aulas, y no solamente en la lengua castellana, sino también
en otras lenguas.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Saludo inicial
Hola, buenos días.
Mi nombre es María Bernal y soy una estudiante de 3º grado de Magisterio en primaria.
Este blog, como bien dice su título, ha sido creado para la asignatura de Didáctica de la Literatura Infantil y Juvenil. Su función es recoger a lo largo de todo el semestre todas las aportaciones, reflexiones, actividades, y pensamientos en general sobre la asignatura que hayamos tenido.
Así que sin más dilación, eres bienvenido. Comencemos.
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