Es esencial para el alumno aquello que lee en
las aulas. Por ello es importante que no todas las lecturas sean iguales, que
no todas vayan en la misma dirección.
En clase realizamos unas actividades para ejemplificar
esto. Leímos
dos poemas, para ver que nos sugerían, tanto a nivel personal como a
nivel profesional (como maestra).
- El primer poema fue, en cierta manera, más clásico. Nos hablaba del amor y del mar y los compara entre sí.
- El segundo fue diferente, hablaba con ironía, es un poema irracional, que puede relacionarse con el arte vanguardista e irracional. Nos saca de lo habitual, de aquello a lo que estamos acostumbrados.
- Posteriormente visualizamos un cuadro de Gauguin. Al visualizar el cuadro parecía que solo estamos viendo a una mujer, pues es aquello a lo que nuestra mente está acostumbrada, es aquello que le resulta habitual. Sin embargo en realidad eran un conjunto de manchas.
Esto puede traducirse a las aulas y tener su valor.
Tenemos que experimentar con las palabras, al igual que lo hacen los artistas,
que experimentan con las pinturas, las imágenes, etc. Debiéramos tener presente
esta idea a la hora de impartir clases a los niños de primaria. Traspasarla a
las aulas puede ser divertido e interesante y, además, el manejo de todos esos
juegos, colores y formas potencia un mejor dominio de las palabras y del
idioma. Un ejemplo que permitiría trabajar esto sería el empleo de acrósticos y
algunos de los recursos que vemos en la entrada referente a Pepe Alfaro.
Los profesores a veces llevamos a cabo
actividades con demasiada dependencia de lo literal, de aquello que está
escrito. Esto hace que los niños, que normalmente quieren contentar a su
profesor, se vean sin posibilidad de salirse de los raíles establecidos. Por
ello muchas veces darán la respuesta que consideren que agrade más al profesor.
El arte es una buena forma de evitar esa literalidad. Por ello se puede
recurrir a la literatura, no es solo un argumento, no es meramente literal. No
se debe presentar la literatura a los alumnos como un argumento únicamente.
Además de la historia que cuenta se debe valora el cómo está escrito, la forma
que presenta, el género literario… El objetivo es el trabajo con poesía
(literatura no narrativa), puede ser provechoso para esto. En definitiva, se
debe salir de la literalidad de los argumentos, por ejemplo a través de la
poesía, vinculándola al aula y despertando el interés de los alumnos.
Esto se puede plasmar en el aula mediante el
empleo de propuestas de Escritura Creativa. Estas propuestas tienen que ver con
lo lúdico, con el juego. Debe haber una actitud distendida, tranquila, en
confianza… El juego permite que los alumnos se olviden de las notas. Algunas propuestas:
- Llevar a cabo un enfoque estético: con este planteamiento debemos fijarnos no en el significado de las palabras sino en cómo están unidas entre sí, como si el lenguaje fuese un gran puzle.
- Las propuestas de Escritura Creativa liberan el impulso inconsciente:
- Con ellas estamos proponiendo a
los alumnos que creen, no que repitan.
-
Desbloquean el imaginario. Está en
relación con el imaginario colectivo, que es algo parecido a la cultura. Se
vincula a todas esas ideas que compartimos como cultura y colectividad. Lo que
queremos es salir de ese imaginario para así poder entenderlo.
- Activan operaciones propias del
pensamiento divergente: la innovación, la creatividad...Por ejemplo que en el
mundo de la empresa uno sea capaz de ver necesidades que no se han visto hasta
entonces, dando lugar a una empresa novedosa. Permiten diversas posibilidades
alternativas, las búsquedas personales... aquellas cosas que se salen un poco
de los cánones habituales.
-
Podemos hacer estas cosas mediante
prácticas y experiencias estéticas de lectura y escritura. Para ello podemos
llevar al aula escritos literales (más tradicionales) pero al mismo tiempo
otros que sean más innovadores, como los acrósticos, los caligramas, los
trabalenguas... No tienen por qué tener un significado. Esto puede resultar
provechoso, pues se muestra a los niños que siempre tiene que haber un
argumento. Creer que solo hay un argumento o una idea principal en el texto es
un error. No tiene por qué haber un argumento o una idea principal. Además cada
uno puede tener una idea diferente. Se trata pues de que la lectura nos sirva
para abrir, no para cerrar.
- Desechan todo uso instrumental del
lenguaje. Por ejemplo, podemos hacer redacciones que sean correctas gramaticalmente
pero que no tengan sentido. Esto da lugar al juego.
-
Se invita a observar la realidad
de lo que tenemos cerca desde nuevas perspectivas. Encontrar la belleza, la
sorpresa... el encanto con los objetos cotidianos.
-
Se enfatiza el valor que tiene la
oralidad. Fijarnos en cómo suenan las palabras, en cómo construimos las oraciones...
incluso podemos llegar a mezclar idiomas como juego.
-
Hay que trabajar con consignas que
abran la imaginación y los procesos creadores. Por eso si
simplemente llevamos a cabo determinadas actividades que lo que proponen
son ejercicios de copia y que lo que hacen es someternos a la literalidad de
los textos que hemos trabajado no conseguimos ir más allá del pensamiento, no
estamos logrando que abran la mente ni la imaginación. Podemos realizar una
serie de actividades que permitirán la desautomatización, la posibilidad de ir
más allá, de no quedarnos encerrados en el imaginario mencionado anteriormente.
Por ejemplo se pueden cambiar palabras, coger diferentes fragmentos de cuentos
y mezclarlos, cambiarles el argumento... es decir, provocar novedades.
- Existen también unos ejercicios llamados disparadores basados en actividades que fomentan abrir la imaginación y resultan interesantes. No es fácil pero se pueden buscar ya que existen muchas de estas propuestas.
- La escritura y la lectura se entienden siempre vinculadas. Sería ideal escribir tanto como se lee y leer tanto como se escribe. Que leer y escribir sea algo habitual, tanto para los alumnos como para el profesor.
- La escritura es un derecho de todos, no solo de los escritores famosos. Además ahora con internet todos podemos publicar cosas. Al colgar algo en la red adquirirá una dimensión social.
- El trabajo por parejas, en grupo, leer en clase... El compartir los escritos con los compañeros consigue que aumente la capacidad de escucha (pues luego el compañero que está hablando tendrá que escucharle a él). De esta forma también todos aprenden de todos, escuchan, pues así aprenden. Se crea un clima de respeto, de interacción, de seguridad (cuando leemos, cuando exponemos...), etc.
- Para hacer buenos lectores sería necesario hacer buenos escritores y viceversa. Los escritores les interesa la lectura, ya que lo necesitan. Buscan novedad en los argumentos, en las técnicas, en la forma, en la estética...
- No obstante no solo podemos jugar:
- Podemos llevar a cabo toda una serie de actividades previas basadas en juegos, actividades lúdicas, dando la palabra a los alumnos...
- No se debe depender tan solo de lo literal. El desarrollo de los procesos de aprendizaje de la escritura creativa debe superar los modelos de repetición mecánica de textos. Si se conocen mejor los procesos de escritura también será más fácil hacerlo.
- Es importante que todo esto lo organice el docente. Debe estar vinculado al día a día. Si nuestra actitud refleja que no tomamos en serio estas actividades lúdicas, ¿cómo van a tomarlas en serio los alumnos? Todas estas prácticas deben de ser incluidas en lo que es el día a día y vinculado a las competencias que queremos desarrollar.
- Todo esto se puede y se debe evaluar. Como dice Jesús María Goñi, profesor de la universidad vasca, "Lo que no se evalúa no existe". Los alumnos no se van a esforzar si no se les evalúa. ¿Para qué se van esforzar si nos son evaluados?
- Hoy día disponemos de medios como internet. Debemos hacerlo público (en la medida de lo posible).
- Debemos tomar medidas que hagan que aquello que hacen los alumnos trascienda la escuela, ya que esta tiende a ser una realidad aislada de la vida real. Podemos hacer porfolios, libros, revistas, blogs, pulicaciones... Es importante sacarlo del aula, darle valor.
En cuanto a la escritura creativa en la escuela
¿Cómo llevarla a cabo en el aula? Se trata de
liberar a la escuela de los aprendizajes literales. Si simplemente nos valemos
de ese método literal al final estamos
adiestrando al niño para que repita aquello que ha leído o visto, y que tenga
más nota quien más literal lo repita.
Para llevar la Escritura Creativa al aula
existen diversas propuestas:
· Por ejemplo, relatar sensaciones gustativas ("¿Te gusta lo que has probado?").
· Semejanzas metafóricas ("cuando me como un helado de chocolate...").
· De qué color son los sentimientos.
· Antes de empezar a leer un cuento tocarlo, ver la portada: ¿Es bonita? ¿No lo es? Qué sensaciones transmite...
· Describir los sonidos de la naturaleza o de la calle(primero escuchar y luego describirlo). No tienen por qué ser palabras con sentido, pueden ser onomatopeyas. También pueden ser dibujos.
· Construir / deconstruir palabras. Inventar una palabra y darle una imagen y definición.
· Palíndromos: palabras que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda (“reconocer”).
· Buscar palabras que tengan una característica similar a "jamón" y "monja": "jamonjmonjamonjamonjamon".
· Escribir todo lo que se les ocurra muy deprisa.
· Por ejemplo, relatar sensaciones gustativas ("¿Te gusta lo que has probado?").
· Semejanzas metafóricas ("cuando me como un helado de chocolate...").
· De qué color son los sentimientos.
· Antes de empezar a leer un cuento tocarlo, ver la portada: ¿Es bonita? ¿No lo es? Qué sensaciones transmite...
· Describir los sonidos de la naturaleza o de la calle(primero escuchar y luego describirlo). No tienen por qué ser palabras con sentido, pueden ser onomatopeyas. También pueden ser dibujos.
· Construir / deconstruir palabras. Inventar una palabra y darle una imagen y definición.
· Palíndromos: palabras que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda (“reconocer”).
· Buscar palabras que tengan una característica similar a "jamón" y "monja": "jamonjmonjamonjamonjamon".
· Escribir todo lo que se les ocurra muy deprisa.
- Cada niño escribe la primera palabra que se les ocurra en la pizarra y luego hacer un poema en el que salgan todas esas palabras.